Poema del ayer

el hambre se pasea por los músculos derrotados
el cielo quiere caer sobre las hormigas
una catedral espiga sus puntas al cielo
y el otro cómplice de los fríos castiga indeleblemente la pluma

Ayer
(ya sé)
se borroneó el dinosaurio caído

Ayer perdí mi último barco a Ítaca
Somos hoy todos nosotros
al tiempo

en que los fantasmas de la noche hace tiempo pisaron la inocencia


Hoy las batallas suenan o a Wellington o a Nelson

Y Trafalgar es una cabeza sobre la morena cabeza del amor que llega
en el alba

para no ser más que un par de embriagados dueños de la luna y del amor

No hay noche cerrada

Hay un canto silencioso en mi oreja transfigurada por la música de un piano envuelto en un pañuelo

cuyas notas salen de mi boca

cuyo dolor queda en el ayer.

Comentarios

julio di carlo ha dicho que…
Sorprendente, empiezo a ver erotismo en tus poemas, y eso me gusta

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